lunes, 26 de junio de 2017

EL AMOR QUE ALIENTA LA AUTOESTIMA

Soy la isla desierta
que espera en solitario tu llegada.

El aire en el cielo
que vuelve loco tu pelo.

Yo podría ser tu sueño,
la sonrisa que asoma a tus labios.

La paloma libre que vuela
a través de tu mirada.

Ese trocito de amor deseado
que te despierta en la mañana.

La llama que se enciende
con el fuego de mis labios.

Me gustaría ser la estrella
que ves desde tu ventana.
***
En el poema “Soy la isla desierta” me idealizo contagiada por el sentimiento más profundo e intenso que podemos experimentar, el amor, y como ese amor alimenta mi autoestima.

El amor es una buena medicina que normalmente produce una sensación placentera y de bienestar, de euforia y de pasión, un sentimiento poderoso que ayuda a hacer conexiones profundas con quien apreciamos.

Es una emoción que nos hace sentir tan a gusto que se parece a una droga, ya que a nivel cerebral se activan áreas específicas que ayudan a relacionarnos a nivel emocional y unirnos íntimamente con esa persona en particular que, de modo inesperado se ha alojado en nuestra cabeza y en nuestro corazón.

Basta un solo segundo para encenderlo, provocándonos una sensación sublime de euforia y bienestar, un conglomerado mágico que consigue que caigamos en ese remolino de sensaciones tan características.

La imagen que tenemos de nosotros mismos y nuestra autoestima se refuerza. Son instantes en que nos sentimos bien en vista de que nos sentimos admirados y deseados, idealizándonos de tal modo que cualquier detalle  adquiere de pronto una luz especial. Una búsqueda insaciable de amor nutriendo nuestra autoestima.


En el amor debemos deleitarnos en nuestra individualidad pero sin caer en los precipicios del ego, solo así podremos ser capaces de salvaguardar nuestra autoestima y potenciar, a su vez la de la persona amada.

El amor es quizá la dimensión más compleja y fantástica del ser humano, se trata de un tesoro que todo el mundo busca para experimentar alguna vez en su vida.
Begoña Pombar


lunes, 19 de junio de 2017

LO QUE SOMOS Y LO QUE MOSTRAMOS

En el aire dibujo tu sonrisa
y tu nombre se escapa de mis labios,
mientras, tus ojos
en el espejo de mi mente veo.

Ilusión transparente, deseo insaciable,
acrecienta la ternura oculta e invisible
buscando el secreto que no encuentro.

Secreto que se esconde
 en la profundidad de tus ojos,
intentando alcanzar el cielo
 con las alas de un pájaro.

Te recuerdo a cada instante,
cada sorbo de amor que me das
rocía de calor mi herido corazón.

Antes tu silueta emergía recortada
mientras ahora
 se evapora y no la alcanzo.

Por eso te busco entre mis sueños
queriendo parar un instante mi memoria
para intuir las caricias de tus manos
empapadas de amor para amarme.
***
En el poema “Dibujo tu sonrisa” me centro sobre el deseo de atisbar la esencia de la persona amada. Hallar el equilibrio perfecto entre lo que somos y lo que mostramos.

No es sencillo descubrir a simple vista la esencia, la magia de una persona, ya que los tesoros más bellos se encuentran más allá de la apariencia de un rostro. Es querer ir más allá de las apariencias porque muchas veces, nos encontramos con relaciones en las que todo el mundo se esfuerza por aparentar algo que no es y que se esconde bajo virtudes que no posee. Es la conexión entre dos personas que quedan atraidas la una por la otra.

Nuestra personalidad, nuestra educación y nuestras experiencias previas son algunos de los factores que le han dado forma a nuestro cerebro. Y es el cerebro como un ordenador, el que procesa los datos, el responsable de obtener una conclusión y de generar una respuesta filtrando los estereotipos que tenemos instalados para juzgar.

Tenemos que ver más allá de lo que captan nuestros sentidos, ver donde residen las esencias de las personas y ser capaces de aumentar esos filtros restando poder a los estereotipos y etiquetas que nos transmite la sociedad, sin falsedades, sin distorsiones. Y este viaje solo lo podremos hacer si primero hemos buceado en nuestras propias esencias.
Image Alexandra Levasseur

lunes, 5 de junio de 2017

LA REGLA CON DOLOR

Siento el creciente dolor
la fecundidad despierta,
vidrios rotos en mil pedazos
tiñendo de sangre mi cuerpo.

Misterio de mujer
encerrado en un castillo,
buscando su inocencia perdida
más allá del arco iris.

A través del rumor del viento
añoro ese cielo infinito,
del azulado rayo el espectro
que mi corazón encierra.

Puedes ver lo que yo no veo
creer en lo que no creo,
lo que quiero pero no puedo
cuando el amanecer despunta.

Siento que estoy pagando
 una culpa sin saber
 cuál es la causa de este dolor
del líquido purificador.
***
En el poema hablo de un proceso natural, la regla, que de forma silenciosa, millones de mujeres padecemos cada mes y con ella los temidos dolores menstrualesEstá aceptado tanto por la sociedad como por la medicina que la menstruación duele, es el castigo divino por el pecado de ser mujer, porque es un mal típicamente femenino.
Es un dolor agudo, sordo e intenso como un cólico y que suele durar uno, dos o tres días. También se pueden sufrir cefaleas, mareos, dolor abdominal, irritabilidad y cambios de humor. Son unas molestias tan severas que a muchas mujeres nos impiden llevar una vida normal durante esos días. Es importante consultar con un médico si el dolor menstrual es muy intenso, dura más de tres días, no mejora con los analgésicos o afecta a la calidad de vida.
El 90% de las mujeres en edad fértil sufre una combinación de cambios físicos y psicológicos en el momento de la menstruación y la mayoría ha padecido menstruación dolorosa alguna vez en su vida.
Puede dificultar el desempeño de las actividades cotidianas, laborales o académicas, así como interferir en las relaciones personales o sexuales. Por eso, algunas mujeres reclaman el derecho a tener una baja laboral por este motivo, al igual que se tiene por otras enfermedades o condiciones médicas.
La ley de baja menstrual, o Incapacidad temporal por menstruación (regla incapacitante) es una propuesta que busca reconocer el dolor menstrual como una causa justificada de ausencia al trabajo, sin que ello suponga una pérdida salarial o una discriminación laboral. Algunos países como Japón, Indonesia, Corea del Sur o Zambia ya cuentan con esta ley desde hace años. Otros países como Reino Unido, Italia o España están debatiendo su posible implantación.
En conclusión, el dolor menstrual es un síntoma muy común y muy molesto que puede afectar a la calidad de vida de las mujeres que lo sufren. 
Begoña Pombar