martes, 19 de diciembre de 2017

PRACTICAR EL AMOR PROPIO

Sola estoy en mi habitación,
sentada en este rincón sombrío.
Una vela alumbra las tinieblas,
su llama se debilita
se hace imperceptible.

Siguen cayendo las sombras,
todo lo que me rodea
está sucio y lleno de polvo,
cuelgan las telarañas del techo
tejiendo sin parar sus ilusiones.

Pasan sin cesar los minutos
la vida se acorta en momentos,
pero la muerte no ha de pasar
porque aún me quedan ilusiones.

A ti te recuerdo hoy
en este mar de recuerdos,
ni todos los ruiseñores con su canto
podrán hoy devolverme a mis sueños.

Así te espero cada día
al quedarme en este rincón.
renacerá en mi corazón
de nuevo un sentimiento.

En el poema que acabas de leer titulado “En un rincón”, busco llenar ese vacío interno que me hace sentir que estoy sola y que nadie me puede ayudar, que aunque estoy arropada por la gente aún así sigo sintiéndome sola.

A menudo tenemos pensamientos negativos cuando reflexionamos sobre la soledad, la mayoría están influenciados por creencias irracionales acerca de “quedarnos solos”,  si no ponemos solución a esto podemos percibir la soledad como insoportable.

Ese vacío es algo interno, una cuestión que hay que resolver con uno mismo antes que con los demás pues la soledad es una oportunidad de encontrarnos con nosotros mismos.

No sé de donde proviene y desconozco la manera de desprenderme de ella, son señales de frustración que me gritan diciendo que he olvidado priorizarme y una fuerza interior lucha por salir de esa situación.

En ese momento es cuando más me necesito, me doy cuenta de que estar conmigo misma me permite restablecer de nuevo mi autocontrol y mejorar mis relaciones.


Concederme tiempo a solas, me ayuda a aclarar mi mente y a pensar con más claridad, necesito practicar el amor propio para estar bien.
Begoña Pombar


martes, 5 de diciembre de 2017

ROMPER UNA RELACIÓN

Sufriste una eterna noche
por saber lo que tú corazón sentía,
arañaste la tierra con tus manos,
lágrimas de barro tus ojos derramaron.

Hurgando en las entrañas buscabas
el por qué tu corazón lloraba
y gritaste mi nombre en silencio
para sentir que el dolor se escapaba.

Esperé hasta el límite del tiempo
a que la infinita ternura te envolviera
pues el sabor de la indiferencia
deja paso a un hondo dolor
y en corazón roto se transforma.

Me buscaste en la apagada tarde
con la sonrisa resplandeciente
has visto caer entre tus lágrimas
al pájaro azul que vuelve a mirarte.

En el poema “Una eterna noche” me recreo en la persona que aparece en mi vida por un tiempo limitado, que me dio lo bueno y lo malo y ahí se acabó el sendero por el que caminábamos juntos.

Porque cuando las historias acaban, aunque queramos repetir lo mismo con la misma persona no va a ser igual. La gente cambia, madura, se desarrolla, crece y por ello no vuelve al mismo punto.

Da igual que sea acertada o no, que sea buena o mala para nosotros, la ruptura, terminar una relación de pareja es una decisión que recordaremos siempre.

Se trata de una decisión difícil porque es necesario ser muy realista en la que se debe pensar cómo será esa relación si continúa en el tiempo y no engañarnos a nosotros mismos, ya que ese autoengaño puede perjudicarnos a nosotros y a la otra persona. Es necesario escuchar a nuestra intuición.

Nos haremos muchas preguntas antes de terminar una relación, serán dolorosas porque a veces la realidad duele, pero son preguntas necesarias para madurar y para entender qué queremos en una relación.

Es posible que lo pases mal un tiempo, toda persona necesita un tiempo de asimilación pero todo dolor se atenúa y se supera con el transcurso de los días.

Romper hace daño, pero seguir con una relación que no funciona duele más.

Begoña Pombar