Te hiciste añicos los nudillos
golpeando con pasión
la puerta de atrás de mi cautela
y despejaste la duda
provocada por alcanzar la luz
de una mujer que creíste inalcanzable.
Dime ahora que compartes mi calor
si es conmigo con quien aún sueñas
si al volver a tu refugio me deseas ver
si cuando giras tu cabeza
es a mí a quien quieres encontrar.
Tú que dices conocer mis temores
dudas y temes que de ti me aleje
y a cada despedida tu lejanía me duele
pues solo tu calor me alimenta
tú eres mi satélite de tranquilidad.
Dile a mi corazón ahora
cuál es el borroso sueño que imaginas
cuando apaciguas tus ganas de gozar.
¿Ya no intentas alcanzar mi mirada?
¿Volar deseoso de lograr mi amor?
Me diste cobijo y anidé en tu seno
me ofreciste aliento y yo te di mi calor.
Me siento llena de amor,
si lloro es de impotencia
pues tu mente es la causa
que me quema y me atormenta.
En este poema titulado “Satélite de tranquilidad” me adentro en las
dudas que me preocupaban en una relación,
me hacían preguntarme si realmente estábamos hechos para compartir nuestras
vidas.
Estas dudas son más frecuentes de lo que pensamos pues todos hemos
pasado por momentos en los que hemos dudado de las relaciones de pareja.
Estos
interrogantes no provienen del amor en sí, sino de la persona con la que
compartimos ese amor.
Para acertar en la elección de nuestro enamorado, es mejor que antes
sepamos ver como somos nosotros mismos ya que cualquier persona no puede ser
nuestra pareja.
Pasada la etapa del enamoramiento, que es el primer paso del amor,
para crear un amor que sobrepase esa etapa inicial es positivo recordar que
existen diferencias entre nuestra pareja y nosotros. Aceptar sus inseguridades,
sus miedos y sus puntos más oscuros favorece una atmósfera de confianza y
comprensión.
La relación con la persona con la que compartimos nuestros días se
basa en la compatibilidad. Amar es comprender más allá de las miradas, conocer
los temores del otro, sus deseos, sus miedos, saber cuándo se siente tristeza,
o dolor, o saber cuando está receptivo, alegre o feliz.
La respuesta para saber si nuestra pareja nos ama, es que si acepta
como somos nos ama.
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